Wednesday, July 25, 2012

La poesía como geoformación (o terraformación)

XVI

Pese a la reputación de Ottawa como ciudad fome, por aquí circula gran cantidad de personas sin espacios, ni siquiera para la conversa, personas interesantes digo. Y quizás por eso mismo las oscuras decisiones personales—ahí no me meto—o las circunstancias concretas de la vida de cada uno los hacen deambular por estos andurriales, que no son tanto, si contamos las sedes diplomáticas de todos los países, los edificios de las instituciones más importantes del país y dos universidades mahometanas (término de mi juventud, en mi país de origen que no voy a divulgar para que no me cachen, otro término de mi patria oriunda que significa que lo pillan a uno con las manos más o menos en la masa, que creo que es un anglicismo de “catch”. No por nada antes nos enorgullecíamos de ser los ingleses de Sudamérica). Pero basta de darle a la sin hueso, la lengua, o de trasmitir, como también se decía por allá, no sé si ahora, hace años que no me doy una vuelta por allá.
Pero aquí corre la plata, el billullo, el parné, la lanita, los morlacos y la guita, a los únicos que se les permite pasar horas interminables en los cafés es a los jóvenes—o no tanto—que se ponen a ver sus computadoras portátiles o tabletas o lo que sea en los diversos cafés que florecen como hongos. Aunque no reportan mucha ganancia y uno reflexiona frente a su taza de café sobre cómo es que estos boliches no quiebran, que negociados ocultos y abstrusos los mantienen abiertos. Lo que no está tan mal tampoco, Hace décadas, cuando me apersoné por estos lares, o me apersonaron, no había dónde tomarse su café despacito, leer el diario o chacharear, ahora basta que mi sobrino me fabrique una cosa que se parezca a una de esas computadoras planas y llego y me instalo y nadie me molesta. Claro que echo de menos mis oficinas de hace algunos años en los bares, donde me instalaba a tomarme su tonto medio litro de la casa o su jarrito de Stella Artois y atendía a mi variopinta clientela junto a las bravas de ese entonces (cuando estaba, a instancias de Guagua, a punto de hacerme una tarjeta que dijera "Alternative Consultant"), Frou Frou La Frog, estriptisera quebeca, la Guagua L’Amore, otra estríper, la mejor y gran amiga, esta chiquilla, que ahora tiene una compañía para organizar eventos y sacó maestría en una de las susodichas universidades y por ñultimo, la Nana Valpolicella, que aseguraba que tenía un espónsor de por vida, un señor extranjero, maduro,ligado a la industria del (reguleque) vino italiano de la misma marca. Pero dicen que todo tiempo pasado fue mejor, lo que por mi formación y pasado marxista leninista reconozco como siendo tan solo otro de los innumerables mitos de ésta, la especie humana.
Pero a lo que íbamos. No tan solo en Chile—y se me salió--, los poetas pululan. Conozco y frecuento sitios virtuales en que miles y miles de los susodichos se expresan, y van desde lo realmente novedoso, que le pondría los pelos de punta a las instituciones literarias universales, o de variados países (los menos), o las innumerables huestes que redescubren la pólvora y el paraguas, botan corriente y pican cebolla. Pero ya es hora de presentar el tema. Esa vez decidí juntarme a repetidas instancias suyas con X, que lleva varias décadas por aquí y todavía sigue (como uno) vivito y coleando. En un principio nos íbamos a juntar por que me quería mostrar unos poemas que hace. La brevedad y el carácter incisivo son un imperativo en estos tiempos en que las exigencias de las TLC (tecnologías de información y comunicaciones) lo piden. En resumen, la nueva literatura tiene que caracterizarse por dos adjetivos: cortito y bonito. Así me lo explicó cuando me regalaba con algunas de sus últimas composiciones, una cuantas de las cuales reproduzco sin comentarios:

Geisha desnuda

Ojito lajao
Potito pelao


Las voces nuevas

Unas buenas
Otras como las guevas

Oda al Sol desde el Barrio Alto de Santiago

Holasol
Cómostái


Aquí puedo reconocer la influencia de Nicanor Parra, ese gran poeta, pero no estoi ni ahí con el facilismo y el desparpajo de este compatriota mío que se dice poeta y que no voy a nombrar. En Parra podemos ver y apreciar las contradicciones nacionales. En esa tensión interna podemos es patente la lucha que al fin tiene como fruto el antipoema o el artefacto. Pero en el fondo respeto a este connacional transplantado, como yo,  aficionado a las letras, y que vino a parar a Canadá, que es como repetir al Robinson Crusoe, pero sin un viernes, a lo mejor este puro servidor que lo tiene que aguantar. Me viene a la cabeza otro poeta que me trae a la memoria esos señores maduros que se subían a las micros llenas a la hora que salían los liceos. Pero nos vamos alejando demasiado del tema. El susodicho me explicó el terminacho ese, geoformación, que sería la traducción del inglés “terraforming”, bastante usado en la ciencia ficción en idioma sajón, y que obviando las incoherencias de mi interlocutor prefiero sacar de la wikipedia. Los que no entiendan inglés se joden: “Based on experiences with Earth, the environment of a planet can be altered deliberately; however, the feasibility of creating an unconstrained planetary biosphere that mimics Earth on another planet has yet to be verified. Mars is considered by many[by whom?] to be the most likely candidate for terraforming. Much study has been done concerning the possibility of heating the planet and altering its atmosphere, and NASA has even hosted debates on the subject”. Pero me está sonando el celular. Debo confesar que el tema me interesa, ¿qué tendría que ver con la poesía?. Antes de despedirme y por supuesto pagar la cuenta, ya que mi hija me dice que tengo que recoger a mi nieta en la guardería.